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Se ha dicho hartas veces que el problema de España es un problema de cultura. Urge, en efecto, si queremos incorporarnos a los pueblos civilizados, cultivar intensamente los yermos de nuestra tierra y nuestro cerebro, salvando para la prosperidad y enaltecimiento patrios todos los ríos que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la ignorancia.

Santiago Ramón y Cajal, 1 de mayo de 1922

💥 15 de mayo, hoy celebramos el día de San Isidro Labrador

En la Baja Montaña son numerosas las referencias y lugares donde se recuerda al santo campesino: imágenes en muchas de nuestras iglesias; festividad en Liédena, Javier y Lerga; romerías a la ermita del Socorro de Sangüesa a San Zoilo en Cáseda y hasta un acogedor y, para muchos, desconocido pueblo: San Isidro del Pinar.


Pero ¿quién fue San Isidro?

Nació Isidro en torno al 1082/1085 (según quien sea el cronista) cuando el territorio de Madrid formaba parte de la taifa de Toledo del área dominada por el Al-Ándalus.
Lope de Vega sitúa su vida inicial en el arrabal de San Andrés de la villa de Madrid, nos relata que sus padres, Pedro e Inés, eran una familia de colonos mozárabes que se encargó de repoblar los terrenos ganados por Alfonso VI. Es posible que procediera de una familia humilde de agricultores que trabajan en campos arrendados. Los padres de Isidro tenían un contrato de arrendamiento anual, con el caballero guerrero Juan Varga, acuerdo que renovaban libremente ambas partes. El trabajo se dirigía bien por el señor, o por los encargados. ​ Los jornaleros debían obediencia y fidelidad al amo. A cambio recibían un sueldo en dinero, en especie o en una mezcla de ambas. La relación entre la familia de Isidro y la familia Vargas era de este tipo.

De su juventud, se dice que era conocido por llegar tarde al trabajo y ser reprendido habitualmente por ello.  Durante su juventud y madurez de Isidro parece que vivió en Torrelavega donde se casó y tuvo un niño. Y siempre se dedicó a la labranza.

Isidro falleció en el año 1172, su cadáver se enterró en el cementerio de la Iglesia de San Andrés de Madrid. En 1213 el rey Alfonso VIII, como agradecimiento al Santo por su intervención en la victoria de las Navas de Tolosa levantará una capilla en su honor en la iglesia de San Andrés y colocará su cuerpo incorrupto en la llamada arca «mosaica».

En el siglo XIII se rogaba a Isidro como mediador para obtener lluvias en primavera. Estas lluvias, si se producían, eran beneficiosas para las actividades agrícolas. Esta mediación hizo que en los primeros siglos su leyenda se fuese propagando a lo largo de los pueblos a través de la geografía peninsular y llegó hasta nuestra comarca agraria.

En 1599, Lope de Vega retrató a San Isidro Labrador
Era Isidro alto y dispuesto,

bien hecho, humilde y modesto;
nariz mediana, ojos claros,
en ver y en vergüenza raros,
de andar suspenso y compuesto.
El cabello Nazareno,
bien puesta la barba y boca
ni en grande exceso, no poca,
el rostro, alegre y sereno,
que la risa siempre es loca.
La voz entre dulce y grave,
tratado blando y suave;
pero si os pasáis, pinceles,
el alma, un angel Apeles
pinte de voz lo que sabe (…)
Fuente ESPINÓS, V. (1922) “San Isidro, labrador de Madrid y Fray Félix Lope de Vega” Ayuntamiento de Madrid.  http://www.memoriademadrid.es/doc_anexos/Workflow/0/24805/ia_350.pdf
Fue beatificado por el papa Paulo V el 14 de junio de 1619, y el 12 de marzo de 1622 canonizado por Gregorio XV, junto a san Felipe Neri, santa Teresa de Jesús, san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier, aunque la bula de canonización no fue publicada hasta 1724 por Benedicto XIII reinando ya en España Felipe V. La canonización hizo que se celebraran grandes fiestas en Madrid. Se determinó además que su festividad se celebraría el 15 de mayo y se aprobó su Patronazgo sobre la Villa y Corte de Madrid.