UN SANGÜESINO EXTRAORDINARIO
La música envuelve la vida de Sangüesa por todos sus poros a
través de los numerosos grupos que se dedican a este noble arte. La Escuela de
Música que tantas satisfacciones proporciona a profesores, alumnos y público en
general, permite confirmar la vocación sangüesina con este afán por mantener
una tradición musical de profunda raigambre.
Existen figuras consagradas y entre todas ellas destaca por su importancia y trascendencia el padre Luis Elizalde que nació en Sangüesa en 1940, hijo de Sabino Elizalde y Julia Ochoa. Sabino era de espíritu delicado, discreto, educado y supereligioso de una gran autenticidad cristiana. Tenía Sabino el espíritu de un poeta y por ello llamaba la atención entre los labradores de su tiempo. Su virtuosa mujer, Julia, se dedicaba al ganado y a la casa.
Luis Elizalde con seis años era un niño muy expresivo,
inteligente y comunicativo. Comenzó las clases de solfeo con D. Estanislao Goñi
en un edificio de la calle Mayor de Sangüesa. En 1947, con siete años ya
solfeaba nada más leer una composición. Tenía un don especial para la música
similar al de su hermano Carmelo Elizalde.
Luis Elizalde, que ya desde pequeño vestía con traje de fraile,
ingresó con once años en el seminario claretiano de Beire. Allí empezó a tocar
el armonio una hora al día empleando los métodos de armonio de Antoine Louis
Raffy, músico internacionalmente conocido y excelente compositor. En Santo
Domingo de la Calzada, Luis Elizalde estudió filosofía al tiempo que iniciaba
sus estudios de piano de manera autodidacta. A los cuatro años del inicio de
estos estudios, terminó los ocho cursos reglamentarios de piano examinándose en
San Sebastián y obteniendo excelentes calificaciones.
A sugerencia del padre Tomás de Mazárraga fue enviado a Roma
a estudiar órgano en el Instituto de Música Sacra. Dedicó a esta tarea cinco
años, y al final obtuvo el título de Maestro de Órgano con el admirado músico
Ferruccio Bignanelli. De vuelta a Madrid, estudió Dirección de Orquesta con el
popular músico Enrique García Asensio. Tuvo Luis una serie de iniciativas
admirables: estudió Composición con Antón García Abril: clavecín con la
profesora Genoveva Gálvez; musicología con Samuel Rubio; folklore con Manuel
García Matos y percusión con Martín Porras. Posteriormente viajó por Europa
destacando su presencia en Innsbruck y en Pistoda en donde destacó como alumno
de Togliacini en la interpretación de música sacra. En Bolonia aprendió
profundamente a interpretar al genial músico Bach con Antón Heiler.
La figura de Luis Elizalde trascendió a nivel nacional cuando
fue director y profesor de órgano de la Escuela Superior de Música Sagrada y de
Pedagogía Musical de Madrid. Compatibilizó tan encomiables trabajos con la
dirección de las revistas de música sacra “ Tesoro Sacro Musical” y la revista
“Melodías”. Ha escrito tres métodos de lectura musical para niños y niñas ,
tres métodos de flauta dulce y dos de txistu. Su figura se agranda al analizar
su personalidad. Hombre noble, constante, inteligente, sensible y con una
vocación de amor por los pobres.
Cuando en 1985 fue destinado a Bolivia como misionero su
alegría fue inmensa. Una vez allí, la Conferencia Episcopal Boliviana le
encargó que compusiera una misa. Luis Elizalde fiel al folklore boliviano y a
su cercanía con los indígenas compuso una Misa Andina que consta de catorce
canciones, trece de las cuales están construidas sobre la escala pentafónica,
típica de los Andes Bolivianos.
Aprendió la lengua quechua en un curso intensivo de tres
meses que se llevó a cabo en Sacaca. Fue al oír machaconamente a los campesinos
tocando sus hulas-hulas por las calles de los pueblos el día de la Candelaria,
cuando se dio cuenta que toda aquella música era pentafónica y de ritmo
binario. Actualmente la Misa Andina se canta incluso en Perú.
En una de sus visitas a Europa dio un concierto de Bach en la
Catedral de Zurich. Su hermano Carmelo le acompaño en esta ocasión. Colocaron
un cartel en la puerta de la catedral solicitando un donativo a los asistentes
al concierto para los indígenas y campesinos de la parroquia de Luis Elizalde
en Bolivia. Fue al la cantidad recaudada que ni siquiera quiso Luis Elizalde
conocer el montante total. Su hermano Carmelo, trabajador de la Caja de Ahorros
de Navarra, se encargó de que la abultada recaudación llegara a su destino.
Según el Instituto Claune,
Luis Elizalde es uno de los músicos de música religiosa más estimados de
los últimos cuarenta años. Ha obtenido numerosos premios en variados concursos,
destacando por su importancia el Gran Premio BBK; el premio en el Concurso
Internacional Amadeus de Composición Coral y el de composición en euskera para
voces de hombre den San Juan de Luz. Es socio de honor de la Coral de Cámara de
Navarra.
Fue destinado por su congregación a una localidad de la provincia
de Guipúzcoa. Aprendió euskera porque lo consideraba esencial para atender
dignamente su parroquia. En la actualidad tiene ochenta y dos años y continúa
interpretando, componiendo y aprendiendo piezas nuevas en su casa religiosa
ubicada en San Sebastián.